viernes, 22 de abril de 2011

Enfermedad por REFLUJO

ESOFAGITIS Y REFLUJO ESOFÁGICO

Por encima de los 70 años tanto el peristaltismo primario como el secundario esofágicos suelen estar disminuidos, con reducción de la amplitud de las contracciones esofágicas, lo que condiciona una alteración del aclaramiento esofágico y una prolongación del tiempo de vaciamiento, una relajación incompleta del EEI al llegar la onda deglutoria y cierta dilatación esofágica, lo que en conjunto ha sido llamado “presbiesófago”.


Por otra parte el tono del EEI está descendido, lo que hace al anciano muy proclive a la enfermedad de reflujo gastroesofágico. Junto a ello se ha señalado un incremento de la aparición espontánea de contracciones esofágicas no peristálticas (peristaltismo terciario), cuya transcendencia clínica es posiblemente inexistente.


La existencia de reflujo gastroesofágico es un proceso fisiológico que se produce de vez en cuando en los individuos sanos, mientras que la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) es el paso del contenido gástrico al esófago que, por su frecuencia y/o intensidad, es capaz de producir síntomas y/o alteraciones inflamatorias de la pared esofágica.

La ERGE es una de las alteraciones más frecuentes en patología digestiva y la más frecuente de todas las esofágicas, y cuando es intensa o las defensas de la pared esofágica están disminuidas, puede provocar lesiones inflamatorias macroscópicas y/o microscópicas en la pared del esófago, dando lugar a la esofagitis por reflujo.


La esofagitis se produce cuando aparece una inflamación de la mucosa del esófago, que puede ser aguda o crónica. Entre las crónicas destaca, por su importancia y frecuencia, la que se produce por el reflujo gastroesofágico. El reflujo se produce fundamentalmente por incompetencia del EEI, ya sea por una disminución del tono del mismo, por una alteración del peristaltismo del cuerpo esofágico o por un efecto sobre el esófago de hormonas o medicamentos. Entre los medicamentos con un gran potencial de alterar el tracto GI se incluyen los anticolinérgicos (antidepresivos, neurolépticos, antihistamínicos, antiparkinsonianos), los antihipertensivos (bloqueadores de los canales de calcio, inhibidores de la ECA, diuréticos), los suplementos de hierro y calcio, los antieméticos, los antiácidos que contienen aluminio, los AINE, el cloruro potásico, las tetraciclinas, la quinidina, el alendronato, los sedantes, las benzodiacepinas, la teofilina, los opiáceos, los laxantes, etc...


El reflujo gastroesofágico parece ser más frecuente en personas mayores que en jóvenes, posiblemente debido al debilitamiento del EEI y a la mayor incidencia de hernia de hiato. Este tipo de hernia se produce cuando el estómago protruye dentro de la cavidad torácica a través del orificio del diafragma que normalmente sólo permite el paso del esófago a su través.
ETIOPATOGENIA- Disminución del tono y elasticidad de los mecanismos musculares de fijación y membrana conectiva esofagodiafragmática que ancla el esófago al diafragma.
- La frecuente incidencia de cifoscoliosis que produciría dilatación del hiato por deslizamiento de los mecanismos de fijación.
- Los cambios ponderales. La obesidad, frecuente en el anciano por aumento de la presión intraabdominal. El adelgazamiento brusco, por pérdida de anillo adiposo supradiafragmático que, en condiciones normales, ocluye el hiato.
- Aunque la mucosa esofágica es bastante resistente al ácido, en el anciano dicha resistencia parece ser menor y la esofagitis por reflujo es frecuente.

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